miércoles, 17 de octubre de 2012

El mundo adolescente y los estilos de vida (caso Colima). Las opciones de cambio en los factores psicosociales.


Nos enfrentamos al cambio en los estilos de vida del mundo contemporáneo… no es algo fortuito ni un acto de voluntariedad adolescente, ni siquiera se trata de una moda; es un cambio en los estilos de vida, derivados de las necesidades y de lo factual en el mundo contemporáneo.

 

Manuel Vizuete Carrizosa (2010).

En los últimos veinte años la investigación científica relacionada con el bienestar físico, emocional y social ha ofrecido a la humanidad acercamientos más precisos, para modificar conductas y situaciones que disminuyan la certidumbre de la calidad de vida y la ausencia de la enfermedad.
De forma aislada, las ciencias disciplinares han cerrado la brecha en busca del estado óptimo, cada una ha provisto teorías, corrientes y modelos para su estudio. En la actualidad existe un marco referencial amplio que sustenta que la enfermedad no es un padecimiento unidireccional, sino que depende de la asociación de factores –en su mayoría psico-sociales– relacionados con los estilos de vida  (Pastor, Balaguer y García, 1998; Wilkinson y Marmot, 2003).

Esta modelación justamente se experimenta de forma importante durante la niñez y adolescencia, siendo en la adultez la reproducción de lo que se aprendió en las primeras etapas de la vida. En México, como en el mundo, los jóvenes representan el futuro de la sociedad; sin embargo en la actualidad, esta población se muestra como una de las más vulnerables tras altos índices de obesidad, ingestas hipocalóricas, consumos de sustancias psicoactivas, trastornos alimentarios y psicológicos, suicidios, muertes prematuras, entre otros problemas particulares de esta edad. Estas situaciones han desmejorado las oportunidades de desarrollo humano y acceso a la calidad de vida en algunos de ellos.

El tema es sensible y puede ser observado desde alguna de las tres dimensiones –perspectiva biológica, psicológica o social– de lo que la OMS define como bienestar y calidad de vida, o bien combinar algunas de las líneas de investigación entre sí.

Mi tesis doctoral, muestra una panoramica de los estilos de vida saludables y nocivos, asociados a la estructura afectiva familiar y social, de los jóvenes preuniversitarios del Estado de Colima que cursan preparatorias subsidiadas por el Estado y la Federación; de igual forma, ofrece un diagnóstico del estado de salud física y mental, así como la predicción de los factores de riesgo epidemiológico de esta población específica. El estudio describe las medidas antropométricas y niveles de tensión arterial; el estado de bienestar y salud de los participantes; los hábitos de consumo alimentario y sustancias psicoactivas de los jóvenes preuniversitarios; los niveles de actividad física y la percepción de la imagen corporal. 
 
Esta visión parte de la hipótesis, que acentúa que la estructura social estable y familiar normofuncional se asocia a la predisposición de estilos de vida activa y saludable en los jóvenes preuniversitarios colimenses. Esta visión nos hace pensar que los estilos de vida saludable de los adolescentes están estrechamente relacionados con la percepción positiva del bienestar emocional y conductas habituales correctas, derivadas de un modelo ecológico. Esta postura teórica (Bronfenbrenner, 1987, Wilkinson y Marmot, 2003) ayuda a entender la influencia del contexto social en el que se desarrollan los estilos de vida relacionados con la salud, y comprender el proceso entre el individuo y su entorno, que contribuyen a la adquisición y mantenimiento de las conductas de salud.

  Esquema de los Factores Determinantes de los estilos de vida
(Mendoza, Sagreda y Batista, 1994).


La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha promovido que en este último tercio del siglo XX, se asista a una nueva cultura de la salud, en la que se han desarrollado modelos explicativos que permiten integrar las complejas interacciones de los factores biológicos y sociales (Wilkinson y Marmot, 2003; Elizondo, 2005) implicados en los estilos de vida y que dan por resultados la mejora o la disminución de la calidad de vida. Entre estos nuevos enfoques cabe destacar el modelo ecológico, el cual, apoyado en el desarrollo de la ecología humana, explica la salud desde el proceso adaptativo del hombre a su complejo medio físico y social.

El contexto, en mayor o menor medida, ejerce una influencia en la calidad de vida de las personas y, de forma voluntaria o involuntaria, en sus estilos de vida. Los estilos de vida serían la forma de vivir de las personas que, al igual que el medio ambiente, están determinados por un conjunto de factores (físicos, sociales o laborales) que dependerán tanto del individuo como del complejo entorno que le rodea, dando lugar a estilos de vida más o menos saludables.

Estudiar el tema resulta vital, a nivel social toca puntos relevantes como una movilización ciudadana para el cambio social y la responsabilidad común para favorecer entornos saludables. A nivel individual, toma aspectos cualitativos y cotidianos de las personas vinculadas a su salud. Por tanto, abordar el tema desde las tres perspectivas nos proporciona un acercamiento completo a la dinámica corporal, de movimiento y prospectiva saludable de los jóvenes. Podemos desde este enfoque encontrar elementos y determinantes para modificar los estilos de vida que deriven en prácticas mayormente saludables de este sector de la población.

 

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