jueves, 16 de agosto de 2012

El futbol olímpico, paliativo social.




 Por Ciria Salazar

El futbol  y especialmente el TRI es el pan y circo de muchos mexicanos, una parte de mujeres también siguen el ritmo en el afán de integrarse a dinámicas más equitativas. En especial observaremos el desborde social reciente de la población mexicana al ver vía televisión abierta como el equipo Mexicano de futbol masculino sometía al poderoso Brasil; esos minutos de gloria, de supremacía, de revancha, de idiosincrasia, de poder fueron el subidón emotivo de toda una nación que legitima el éxito de la nación en los botines de 11 jugadores.

Desde mi perspectiva, esas emociones todopoderosas que adquirimos esa tarde con el triunfo del TRI –empresa-, no son más que los huecos y carencias exacerbadas de un Estado Mexicano que no logra cuajar con nada.  Es solo la evidencia de una carestía de héroes, de logros de una nación, que pueden ser peligrosamente cegadores a los ojos de aquellos mexicanos que no tienen la capacidad de hacer lecturas y discernir de la fantasía y la caótica realidad.

Tanta fantasía común construye realidades fuera de sentido común y lógico, como asignar nombre de un futbolista a un plantel escolar. Cuando el sistema educativo nacional, en ninguno de los planes relaciona al futbol con la educación, mucho menos el programa de Educación Física.   

Tanta ceguera que evadimos e invisibilizamos lo que puede dolernos, lo que puede manchar nuestro nombre, nuestra masculinidad, nuestra chingonería jugando futbol.  Es así como, dejamos a los medallistas olímpicos formados en el incipiente sistema deportivo como atletas de segundo nivel.

Esta desbordada forma que han diseñado las televisoras de programación abierta, funciona perfectamente, tan bien, que hasta el gobierno lo usa de paliativo para calmar los fracasos de un gobierno saliente y el dudado gobierno entrante.

Tal vez duelan estos comentarios, pero si ese es el efecto, eso es parte de lo que nos han enseñado, a enojarnos, a cerrrarnos a otras realidades, para solo ver la que conviene.

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